1. Hoy venimos, cual hermanos,
a la Cena del Señor,
acerquémonos, cristianos,
alentados por su amor.
2. En memoria de su muerte,
y la sangre que vertió,
celebremos el banquete
que en su amor nos ordenó.
3. Recordando las angustias
que sufriera el Redentor,
dividida está nuestra alma
entre el gozo y el dolor.
4. Invoquemos la presencia
del Divino Redentor,
que nos mire con clemencia
y nos llene de su amor.