1. La tierna voz del Salvador
nos dice conmovida:
«Oíd al Médico de amor
que da a los muertos vida’.’

CORO:
Nunca los hombres cantarán,
nunca los ángeles de luz
nota más dulce entonarán,
que el nombre de Jesús.

2. Cordero manso, ¡Gloria a Tí!
Por Salvador te aclamo,
tu dulce nombre es para mí
la joya que más amo.

3. La amarga copa del dolor,
Jesús, fue tu bebida;
y en cambio has dado al pecador
el agua de la vida.

4. Borradas ya tus culpas son,
su voz hoy te pregona;
acepta, pues, la salvación,
y espera la corona.

5. Y cuando al cielo del Señor
con El nos elevemos,
arrebatados en amor
su gloria cantaremos.

Autor: William Hunter
Traducción: Pedro Castro

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