1. A Jesucristo ven sin tardar,
que entre nosotros hoy El está,
y te convida con dulce afán,
tierno diciendo: «Ven».
CORO:
¡Oh, cuan grata nuestra reunión
cuando allá Señor, en tu mansión,
contigo estemos en comunión
gozando eterno bien!
2. Piensa que El sólo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz;
y porque anhela tu bienestar,
vuelve a decirte: «Ven».
3. Su voz escucha sin vacilar,
y grato acepta lo que hoy te da,
tal vez mañana no habrá lugar,
no te detengas, «Ven».
Autor: George Frederick Root
Traducción: J. B. Cabrera