1. Desciende, Espíritu de amor,
paloma celestial,
promesa fiel del Salvador,
de gracia manantial.

2. Aviva nuestra escasa fe,
y danos tu salud;
benigno guía nuestro pie
por sendas de virtud.

3. Consuela nuestro corazón,
y habita siempre en él:
concédele el precioso don
de serte siempre fiel.

4. Derrama en pródigo raudal
la vida, gracia y luz;
y aplícanos el eternal
rescate de la cruz.

5. Al Padre sea todo honor,
y al Hijo sea también
y al celestial Consolador,
eternamente. Amén.

Autor: J. B. Cabrera

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